MANTELERÍAS : de LAGARTERA , CANARIA,ETC


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Historia de Los Bordados de Lagartera

El origen de estos bordados tenemos que buscarlos en la Cultura Copta que se desarrollo en territorio egipcio entre los años 313-641, periodo que coincide con la implantación del cristianismo en esta región.

Durante el periodo de la Cultura Copta siglos IV-VII, el arte copto alcanzó  un gran florecimiento en el que se desarrolló una avanzada tecnología en los telares y tejidos, creando unos  bellísimos   bordados de influencia bizantina, pero cargados también de un perfecto orden clásico por influencia helenística.

A partir del año 641 en que este pueblo fue invadido por los árabes musulmanes, los coptos pasaron poco a poca de ser una etnia, a ser la definición con que se conocerá una secta cristiana en Egipto y Etiopía.

Cuando los árabes dominan Egipto, acogen esta cultura, en especial en sus artes suntuarias y en particular sus bordados, que difunden por todo sus zonas de influencia, Siria, El Cáucaso  , Magreb  y Alandalus (España musulmana).

En esta en particular y a decir del historiador del siglo XI Ahmad Ar-Raci: “todo lo llegado de Bagdad o de las otras grandes ciudades del imperio árabe era acogido con admiración”

Los mozárabes (cristianos que vivieron en zona gobernadas por árabes, pero manteniendo su religión cristiana y sus leyes hispano-godas), tomaron mucha influencia de la cultura árabe, en especial en la lengua, la gastronomía, ritos vinculados al ciclo de la vida, nacimiento, bodas… y sobre todo en las artes suntuarias en especial en el vestir, géneros de telas y decoración o bordados de los mismos.

Es sabido como Lagartera fue poblado por gente mozárabe antes de que fuese reconquistado, y probablemente algunos de estos provenían de Toledo, de ahí que el barrio mas antiguo se le denominara Toledillo.

La existencia de población mozárabe en Lagartera queda demostrada en el documento de 1281 publicado por don Ángel Barrios en su obra “Documentos de la catedral de Ávila”. Y estos mozárabes serian los que adaptaron algunos bordados copto-árabes entre sus naturales y han permanecido hasta nuestros días.

Los bordados de Lagartera han ido acogiendo determinadas tendencias e influencias  de estilos diferentes. En estos mas de ocho siglos, pero siendo siempre seña e identidad del arte de bordar de sus mujeres, autenténticas transmisoras de este arte.

Diseños del gusto renacentista los percibimos en algunas escenas religiosas plasmadas en ropas de cama. De igual manera vemos influencia del siglo XVIII tomada de los modelos salidos de las Reales Fábricas de Seda de Ávila, Talavera de la Reina y Oropesa.

 

Y por supuesto de algunos motivos ornamentales de las cercanas cerámicas de Puente del Arzobispo y Talavera de la Reina.

Se conoce la existencia de un taller de labranderas propiedad de Catalina Fernández Lozano en el barrio Lagarterano de Toledillo en el siglo XVI. Julián García Sánchez, lo sitúa en 1540 y a la labrandera Juana Martínez, mujer de Benito Martín Vallejo en 1520.
Estos bordados se hacían en esta población desde tiempo inmemorial, pues servían para ornamentar prendas de vestir y del hogar y de los que ya desde el siglo XVI hay constancia. Conocemos a las hermanas lagarteranas Catalina, María e Isabel, hijas de Francisco García, a las que doña Juana de Toledo Condesa de Orgaz, hija del segundo Conde de Oropesa, llama para bordar paramentos y sabanillas en el palacio de Oropesa.

Hace aproximádamente un siglo, que Pedro Alía, “Tío Halia” nacido en Lagartera en 1858, animado por las necesidades familiares y por los halagos que oía a los, cada vez mas frecuentes, forasteros que visitaban la población de Lagartera, se animo a desplazarse a Madrid para ofrecer las labores que realizaba su esposa Josefa García.

Se iniciaba así lo que podíamos denominar comercialización de los bordados de Lagartera, a la que fueron uniéndose gran numero de naturales de este pueblo, así como de otros, que difundieron estos bordados por toda España e incluso en el exterior, pero siendo siempre las mujeres lagarteranas las manos de este arte sin igual.

Tipos
Deshilados – «desilao» en vocabulario lagarterano –
Bordados – «de por cuenta» en vocabulario lagarterano –
Dibujados – «dibujao» en vocabulario lagarterano –

En algunas modalidades,recuerda al Hardanger o bordado noruego.

 

Materiales:
Tela. :Tejidos de lino, algodón, loneta, tergal.
Hilos. moulinés, y perlés finos o carretes.
El bordado que se identifica con España es el llamado de Lagartera, un pueblecito donde se ha conservado la tradición hasta nuestros días. Las muchachas iniciaban la ejecución de su ajuar en la más tierna infancia.
Las telas usadas como base eran el lienzo casero hecho en telares manuales con fibra de lino.
Las niñas comenzaban su aprendizaje del bordado haciendo un dechado, muestrario de motivos que les servían de guía para la composición de las piezas que bordaban. De esta manera perduraban los motivos tradicionales enriquecidos con las variantes que se producían al repetirlos, adaptándose al espacio disponible.
 Han llegado unos dechados del mediados del siglo XIX, realizados sobre lienzo de lino con hilo que parece de seda. Están muy deslucidos por el tiempo y por el poco aprecio en que se les tenía. A pesar de ellos la calidad de las telas de base y de los hilos han hecho que prácticamente estén intactos, aunque con los colores muy desvaídos, probablemente porque los tintados fuesen caseros.
Recuperarlos ha sido un auténtico placer. Los puntos empleados son básicamente pespunte y al pasado; normalmente los motivos son monocromos, algunos llevan dos o tres colores, pero dentro de la misma gama.
Los motivos son de tipo geométrico o floral muy sencillos. La gran riqueza de este bordado se consigue por la repetición de los motivos formando grecas que alternan con franjas de deshilados
Las franjas de deshilado son rectangulares, rematadas en los bordes con el punto de novia, y los rellenos presentan dos técnicas de ejecución:
una es muy parecida a la que se usa actualmente, sacando hilos en dos direcciones y sujetando todos los pilares con tres pasadas de hilo. Sobre estas pasadas se hace el dibujo, geométrico o vegetal, con punto de espíritu.
Actualmente se hacen dos pasadas sobre los pilares, dejando libres los que llevan el dibujo a punto de espíritu; así se consiguen dos texturas, lo que se acentúa con el uso de un hilo de color para las pasadas, mientras que el punto de espíritu suele hacerse con el mismo color de la tela. Esto da un dibujo en negativo muy efectista.

la otra técnica de deshilado, también en franjas rectangulares, consiste en sacar hilos en una sola dirección y hacer el dibujo tendiendo una hebra sobre la que se vuelve sujetando con puntaditas a los pilares.

Los dibujos son geométricos.

Los ejemplares coesnsrvado de bordados lagarteranos, algunos fechados en el siglo XV, están formados por grecas bordadas y franjas de deshilado.

Solamente con motivos bordados, sin usar deshilados, se puede realzar cualquier pieza y mucho más ahora utilizando distintas telas como el semihilo, para no tener que planchar, y con la mayor variedad de colores existentes en el mercado.

Utilizando un único color, simplemente con la dirección de las puntadas se crea un efecto de bicromía muy delicado, parecido al que se consigue en las piezas de bordado noruego.
En Lagartera se ha creado un museo del bordado que tiene una página web con la siguiente dirección http://www.lagartera.es/centraborda.htm,
El proceso del deshilado y bordado de Lagartera

El deshilado es una labor que se realiza en tela de hilo,  se trata de un trabajo bastante difícil y complicado. Este trabajo, el deshilado, se puede realizar en muy diversas labores. Pero en Lagartera lo que más se ha trabajado siempre han sido los manteles, los juegos de cama y las colchas (lo que viene constituyendo el clásico “ajuar”), además de otros complementos como toallas, caminos de mesa, bolsas de pan, etc.

Los pasos a seguir para el deshilado son los siguientes:

1º – Marcar o señalar. En concreto en Lagartera también se dice “hacer vainicas”

2º – Cortar los hilos marcados y sacar los hilos cortados.

3º – Sembrar

4º – Cuajar

5º – Finalización: vainica o «repulgo»

Los pasos del proceso de la artesanía lagarterana clásica

Y ahora trataremos de explicar en qué consiste cada uno de estos pasos.

1 – Marcar o hacer vainicas.

El ovalado es ir marcando con puntadas, a hilos contados, normalmente a cuatro y a tres hilos. Se empieza contando los hilos que han de cortarse y los que han de quedar sin cortar, todos marcados por dichas puntadas del ovalado. A los hilos que quedan sin cortar se les llama “pata” y suelen dejarse cuatro o cinco, dependiendo del grosor de la tela, y para los que hay que cortar se dejan tres hilos.

Este paso del ovalado se desarrolla después de haber promediado la labor que se va a realizar, para que ésta quede bien centrada y de forma simétrica dentro de la tela, previa visión de una muestra o patrón. Se empieza por un punto, y así, puntada a puntada, se va perfilando el dibujo de la obra en sí.

2 – Cortar y sacar los hilos.

Naturalmente cuando se termina de ovalar los hilos deben coincidir, sin faltar ni sobrar ningún hilo en el mismo punto que empezó este trabajo. A esta modalidad se le llama “labor cerrada”, porque como ya he dicho el ovalado termina en el mismo punto que empezó, por tanto dentro del perímetro que ha formado el ovalado ha quedado un área, y es en este lugar donde se va a proceder a hacer el deshilado. En este sistema cerrado se cortan los hilos por ambos extremos, unos en sentido vertical y otros en sentido horizontal. Una vez cortados los hilos, se procede a su extracción, o lo que bien podríamos llamar deshilar. Cuándo se ha terminado de sacar los hilos, la labor queda lista para pasar al siguiente paso, que es el sembrado.

3 – Sembrado

Mujer lagarterana sembrando en el proceso de bordado, típico de Lagartera

Sembrar es ir como hilvanando, dando pasadas por los agujeros y de esta manera, va formando un entramado, siempre con el mismo hilo, que va pasando de un agujero a otro, va y vuelve, hasta pasar cuatro veces por cada agujero sembrado, enlazándose de manera que se ven las cuatro esquinas, y en el centro forma a especie de un rombito, también llamado cristillo. Una vez terminada la labor del sembrado, queda a la vista el dibujo que se haya querido poner, y en el resto de los agujeros, los que no se han sembrado, hay que hacer otra labor, ésta no es otra que el cuajado.

4 – Cuajado

El cuajado, uno de los pasos del proceso de la artesanía lagarterana: el paso del sembrado, realizado por manos expertas

El cuajado consiste en que a los hilos que forman los agujeros que han quedado sin sembrar, que como ya dijimos pueden ser cuatro o cinco, se les da varias vueltas de hilo para que queden unidos, como atados. Esta operación que es a la que se le llama cuajado, aparte de impedir que los hilos se deshilachen, también le da a la labor un aspecto más bello y resalta muchísimo más el dibujo del sembrado.

5 – Finalización: vainica o “repulgo”

A continuación para terminar el mantel o cualquier otra labor,  se le aplican unos bordados en sitios que previamente se han dejado para ello. Éstos pueden ser parches que  han quedado insertados  dentro de la propia labor del deshilado y en huecos o esquinas. Y ya para terminar el mantel, o cualquier otra labor se le hace un dobladillo o bastilla en los cuatro lados, rematado mediante una vainica, también llamado “repulgo” en Lagartera.

Labores de bordado abiertas o cerradas

Ya hemos visto cómo se hace el deshilado con el ovalado cerrado o labor cerrada: porque el deshilado también se realiza en labor abierta. En cuanto a sembrar y cuajar, es exactamente igual en ambas modalidades, cerrada o abierta, la diferencia estriba básicamente en estos puntos: el primero es que en la labor cerrada como ya dijimos, el ovalado forma un circuito cerrado, en cambio en la labor abierta el ovalado o marcado va siempre del interior de la tela hacia afuera.

Bordado de por cuenta, otra modalidad de labores de lagartera. Artesanía Rocío Lozano

En las labores abiertas, los hilos a sacar sólo se cortan por un extremo, por el marcado, y salen hasta el final de la tela, a continuación se procede al sembrado y posterior cuajado de la labor a realizar. Algunas de las labores más conocidas en Lagartera son la “del cardo”, “la corona de la Reina”, “pendientes” o “azucenas”, llamadas cada una de esta manera por la figuras que evocan dichos bordados.

El remate en esta modalidad abierta es mediante un festón, que va bordeando toda la labor, después se corta toda la tela que queda de dicho festón hacia afuera, quedando una labor muy vistosa, se asemeja a un encaje de bolillo.

 

                                                       CANARIAS   (ISLAS ESPAÑOLAS)

MANTELERÍA CON BORDADO CANARIO
                                                                MANTELERIA CANARIA

Historia

Los calados canarios provienen de la adaptación de las técnicas usadas en la frontera entre Portugal, Andalucía y Extremadura. Curiosamente durante la Edad Media, era un trabajo que realizaban tanto mujeres como hombres siendo estos últimos los que probablemente al embarcarse a conquistar el Nuevo Mundo, difundieran esta práctica hasta América. En Canarias los calados eran realizados exclusivamente por mujeres como producción doméstica. Fue a finales del siglo XIX cuando las casas comerciales inglesas comenzaron la explotación a gran escala de esta artesanía según el modelo maderiense. Desde Londres se traían las materias primas, las caladoras hacían el trabajo dentro de sus casas, y luego las compañías inglesas volvían a exportar esas mismas telas al mercado europeo, ya con los bellos calados elaborados.

Al acabar la Primera Guerra Mundial, la demanda de calados decreció muy notablemente hasta que a mitad del siglo XX se crea la ‘Sección Femenina’, quienes vuelven a darle un importante impulso a esta labor artesanal.

Útiles

Los calados requieren de telas de lino o algodón, hilos de algodón, que serán trabajados con la ayuda de unas tijeras de punta fina, hilo carrete para tensar, agujas de calar, un dedal y un bastidor para poder fijar la tela.

Procedimiento

Tras cortar la medida de la tela que se va a trabajar, se marcan los dibujos en la misma. El siguiente paso es presillar los bordes en la tela, para evitar que se deforme al deshilarla. Se procede al deshilado o sacado de las hebras y la puesta en el telar o bastidor. El calado de la tela en sí consiste en ir atando las hebras sueltas que han quedado en el deshilado, e ir hilando los espacios vacíos, creando figuras y dibujos. Una vez realizado el calado se lava la pieza, se recortan los bordes y se plancha.

¿Sabías qué?

Lujosos escaparates de Oxford Street y Kengsinton Street, en Londres, llegaron a lucir calados canarios, con anuncios engañosos que aseguraban que habían sido elaborados por los ‘salvajes de Canarias’.

Referencias:

Imagen

APRENDE QUE…..


 

 

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